¿Vale realmente la pena dar el salto a HDMI 2.1?

Las resoluciones de vídeo van evolucionando de manera bastante constante. No solo importan la resolución, también es importante la frecuencia de refresco de la misma. Dos factores que influyen en el ancho de banda necesario para los conectores de vídeo. Antes estas necesidades se ha creado la interfaz HDMI 2.1, pero, ¿realmente necesitamos este conector de vídeo en nuestras vidas?

Tenemos actualmente dos interfaces de video diferentes en el mercado, como son HDMI y DisplayPort. La mayor diferencia entre ambas, es que HDMI solo permite transportar vídeo y audio, mientras que DisplayPort también permite transportar datos.

Uno de los dos conectores se ha convertido en el «estándar» y el otro pelea por obtener mejor posición en el mercado. Que la nueva generación de consolas haya adoptado por HDMI es interesante, ya que teóricamente es inferior a su competidor.

Explorando el conector HDMI

Dicho conector debemos saber que viene para reemplazar al VGA (analógico) y DVI (hibrido). Es el primer conector de vídeo completamente digital que se lanza al mercado. Su denominación proviene de «interfaz multimedia de alta definición», que es la traducción.

Su mayor propiedad es que permite la transmisión de datos digitales sin necesidad de compresión. Esto lo que permite es reducir las pérdidas de calidad de señal que se dan este este proceso.

Por primera vez, HDMI 1.4 agrega soporte a la resolución 4K, eso sí, con el limitante de una frecuencia de refresco de 30 Hz y un ancho de banda de 18 Gbps. Cuatro años después se lanza HDMI 2.0, una versión mejorada con un ancho de banda de 18 Gbps que permite vídeo en resolución 4K con una tasa de refresco de 60 Hz.

Como vemos, no hay muchos cambios entre estas dos interfaces de vídeo, el salto es mínimo. HDMI 2.1 nace como una verdadera gran evolución de este conector de video. En primer lugar, nos aporta un ancho de 48 Gbps, que es bastante más del doble de la versión anterior. Además, nos ofrece la capacidad de transmitir vídeo en 4K con una tasa de 120 Hz. Incluso, esta nueva versión nos permite transmitir vídeo en resolución 8K y 60 Hz.

Otro de los añadidos interesantes de este nuevo estándar es la inclusión de DynamicHDR. Dicha tecnología permite que cada fotograma o escena se ajuste para ofrecer la mejor calidad de imagen posible. Se consigue mediante la transmisión de metadatos que se transmiten constantemente para obtener una gran profundidad de campo, mayores detalles, más brillo, mejor contraste y una gama de color más amplia.

¿Me aporta algo para gaming?

Si eres aficionado a los videojuegos, HDMI 2.1 agrega elementos interesantes. Agrega soporte para frecuencia de actualización variable (VRR) y transferencia rápida de fotogramas (QFT) que permite reducir los retrasos en pantalla cuando jugamos.

Integra también la tecnología Quick Media Switching (QMS) que reduce la cantidad de tiempo de la pantalla en negro cuando el usuario cambia la fuente de la señal de entrada. Se incluye también el modo automático de baja latencia (ALLM) que ajusta el retraso de la imagen para una gran experiencia visual.

Recibe mejoras en cuanto a calidad de sonido al integrar compatibilidad con eARC que agrega soporte para sonido de objetos como Dolby Atmos.

Conclusión

Podemos decir que este conector de vídeo está pensado para los aficionados a los videojuegos. No es de extrañar que Sony lo haya adoptado para la PS5 y Microsoft para la Xbox Series X. El conector HDMI 2.1 implementa tecnologías muy interesantes para tener una mejor experiencia de video.

Debemos destacar que, para disfrutar de todas estas características, tanto la salida (la consola) como la entrada (televisión o monitor) deben ser HDM 2.1. También debe serlo el cable, no valiendo el típico cable de 10 euros o menos que compras por ahí. Necesitaras mirarlo a conciencia y verificar que, efectivamente, es un cable HDMI 2.1 y no una versión anterior.

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