sábado, 30 de agosto de 2025

Usar metal líquido en el disipador de un procesador es mala idea y esta es la prueba


A la hora de montar un PC, no solo debemos tener en cuenta todos y cada uno de los componentes que queremos utilizar. También debemos prestar especial atención tanto en el sistema de disipación, que sea acorde con las necesidades del procesador y la pasta térmica que queramos utilizar para unir el disipador al procesador.

La función de la pasta térmica es la de atapar el calor que genera el procesador y pasarlo al disipador para reducir la temperatura del primero. En el mercado podemos encontrar un gran número de pastas térmicas en función de la base: metálicas, de cerámica o diamante / carbono.

Dentro de las pastas térmicas metálicos, la que mayor poder de refrigeración ofrece en la compuesta por metal líquido. Esta es la más cara de todas, sin embargo, no es la mejor opción para todos los usuarios ya que tiene un inconveniente que puede llevar al traste a todo el equipo.

¿Metal líquido como pasta térmica? Sí, pero no

El metal líquido, como bien indica su nombre, es una sustancia de baja viscosidad que funciona al igual que cualquier otra pasta térmica, siendo la principal diferencia su composición. El compuesto mayoritario del metal líquido es galio, un compuesto capaz de resistir elevadas temperaturas, llegando a superar los 70 W/mK por los 10 o 15 W/mK de las pastas térmicas tradicionales.

La diferencia de temperatura entre un procesador con pasta térmica tradicional a uno que utilice metal líquido es de apenas unos pocos grados, 5 a lo sumo. Donde realmente si se nota el poder disipación del metal líquido es cuando se instala directamente sobre el procesador, sin el IHS protector.

Este es uno de los motivos por el que las consolas y tarjetas gráficas, suelen utilizar metal líquido en lugar pasta térmica, ya que su poder de refrigeración puede suponer una diferencia de hasta 10 grados centígrados. Todo esto está muy bien pero probablemente te seguirás preguntado el motivo por el que no es recomendable utilizar pasta térmica si la diferencia de temperatura sin hacer delid (quitar la carcasa metálica que protege el procesador) es tan mínima.

Imagen de la aplicación de pasta térmica sobre un procesador
Imagen de la aplicación de pasta térmica sobre un procesador

Como hemos comentado más arriba, el metal líquido tiene una excelente conductividad térmica. Pero, además, también tiene es un excelente conductor de la electricidad. Si no llevamos extremo cuidado a la hora de instalar la pasta térmica de metal líquido sobre el procesador o incluso directamente sin el IHS y este se filtra alrededor del procesador, directamente en la placa base, se producirá un cortocircuito que, no solo llevará al traste al procesador, sino probablemente al resto de los componentes conectados a la placa base.

Otro problema asociado al utilizar metal líquido en lugar de una pasta térmica tradicional es que el galio no se lleva nada bien con el aluminio, material del que están compuestos muchos disipadores, y si entran en contacto lo corroe. Para evitarlo, el disipador debe tener una base de cobre (tampoco se lleva bien, pero al menos no lo corroe por completo) que se encargue de transferir el calor de procesador a las aletas de aluminio del disipador. Si, aun así, quieres utilizar metal líquido para su nuevo PC debes tener en cuenta todos los pros y los contras que hemos comentado si no quieres llevarte una desagradable sorpresa.



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