sábado, 30 de agosto de 2025

¿Son suficientes los disipadores para SSD que vienen en las placas base?


Los componentes de un ordenador tienen un gran problema relacionado con las temperaturas, tanto el procesador como la tarjeta gráfica necesitan disipadores activos para no quemar la placa base, la fuente de alimentación incorpora un ventilador para reducir las temperaturas generales mientras que otros como la memoria RAM cuentan con un sistema pasivo. Pero en el caso de los SSD M.2 muchas personas se preguntan si los disipadores que vienen integrados en la placa son suficientes, os lo explicamos.

Muchos de los SSD actuales utilizan una conexión que permite alcanzar velocidades extremadamente altas, el pasar de SATA a PCIe es uno de los cambios que más podemos notar por las capacidades que ofrece cada uno de los estándares, obviamente todavía se siguen utilizando ambos pero poco a poco los que menos velocidad consiguen están comenzando a reemplazarse por los modelos más avanzados. El mayor problema que tienen todos los componentes electrónicos a diferencia de los mecánicos como son los HDD está en el calor que generan, las temperaturas que alcanza un SSD son mucho más altas y por lo tanto es absolutamente necesario incorporar algo que permita reducirlas.

Corsair SSD MP600 Elite con disipador

El disipador de stock es suficiente, si no tienes un SSD de última generación

Cuando hablamos de dispositivos de almacenamiento en un ordenador actualmente los mejores que podemos encontrar son los SSD M.2 que utilizan PCIe para conectarse, hay modelos que dependiendo de la generación pueden ofrecer más o menos velocidad, en la mayoría de los casos los usuarios utilizan los Gen 4 ya que son asequibles y cuentan con velocidades suficientes para la mayoría de los usos. En videojuegos o en ordenadores normales optar por un modelo que supere los 7500 MB/s tanto de lectura como de escritura no es algo normal ya que en la mayoría de las ocasiones el uso del ordenador no se va a centrar en transferir o crear archivos de gran tamaño.

En estos casos no resulta necesario optar por un disipador específico para el SSD ya que al final los PCIe 4.0 no alcanzan unas temperaturas tan altas como para que el de la placa base no logre reducirlas.

SSD con disipador

Pero por otra parte tenemos los PCIe 5.0, la versión más reciente que logra prácticamente doblar lo que ofrecen los anteriores, pasando de un máximo de 7500 MB/s a prácticamente 15.000 MB/s, aunque la temperatura no aumenta el doble si es cierto que los disipadores de stock se quedan bastante cortos. Para poder mantener un Gen 5 con temperaturas estables es necesario optar por un disipador, ya sea activo o pasivo, que cuente con la capacidad de reducir realmente las temperaturas. Hay modelos que están hechos de grafeno para transmitir mejor la energía térmica mientras que otros directamente incorporan un ventilador o pueden llegar incluso en formato de refrigeración líquida.

Disipador para memorias M.2

Las temperaturas óptimas de un SSD suelen estar entre 25-50 grados, como muchos otros componentes, pero los Gen 5 pueden llegar hasta los 70-85 grados, a partir de los 80 pueden presentar problemas en la memoria NAND ya que a partir de estas temperaturas comienza a tener problemas con la retención de datos.



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