El PC va muy lento, ¿cuál es la solución?

Muchos son los factores que pueden influir para que un PC funcione lento. Empezando por el tipo de unidad de almacenamiento hasta la cantidad de memoria RAM, siendo estos los dos principales factores que afectan a su rendimiento. Si el PC utiliza un HDD en lugar de un SSD este es el primer cambio que debemos hacer seguido por ampliar la cantidad de memoria RAM disponible.

Si el motivo que os ha traído a este artículo es porque el PC tiene un SSD y una buena cantidad de memoria RAM, pero, en ocasiones, funciona más lento de lo normal, descartamos por completo que ambos elementos de hardware sean el problema. La solución al problema pasa por realizar acciones en Windows para que el PC vaya más fluido, acciones que os mostramos a continuación.

Cerrar aplicaciones

Cuantas más aplicaciones tenemos abiertas, la cantidad de memoria disponible para ejecutar otras aplicaciones ser reduce. Si bien es cierto que se puede decir la memoria RAM de un PC es ilimitada gracias a la memoria virtual, realmente no es así. No es que no sea ilimitada, sino que, cuando se utiliza este tipo de memoria, estamos utilizando espacio del disco como memoria.

El problema es que la velocidad de lectura y escritura de cualquier unidad SSD es muy inferior a la que podemos encontrar cualquier tipo de memoria, por lo que el PC nunca funcionará igual utilizando la memoria RAM que utilizando memoria virtual. Tener aplicaciones abiertas por si acaso las vamos a necesitar, para lo único que sirve es para ocupar memoria que podemos utilizar en otras aplicaciones que tenemos abiertas en primer plano.

Liberar espacio

En relación con lo anterior, Windows necesita tener un espacio libre mínimo de entre 10 y 15 GB. Este espacio lo utiliza el sistema tanto para la memoria virtual como para el funcionamiento del sistema operativo. Si la unidad de almacenamiento donde se encuentra Windows está debajo de los 15 GB y notamos que el equipo funciona más lento de lo normal, el único método para solucionar este problema de lentitud pasa por liberar espacio, ya sea borrándolo o copiándolo a una unidad de almacenamiento externa.

Esperar que se indexen los archivos

Este es uno de los motivos que, en teoría no deberían afectar al rendimiento del PC, sin embargo, si lo es. Cuando copiamos una gran cantidad de archivos, ya sea documentos, fotos, vídeos o cualquier otro (no hablamos de los archivos que se instalan junto a una aplicación), Windows actualiza el índice de archivos que tiene creando una entrada nueva con su nombre y ubicación.

De esta forma, cuando necesitamos realizar una búsqueda en Windows, el equipo no realizará una búsqueda en tiempo real, un proceso que puede durar varios minutos. Lo que hace es consultar el índice que ha creado y que actualiza conforme se copian y borrar archivos en la unidad de almacenamiento.

Desactivar la indexación de archivos realmente no va a permitir mejorar el rendimiento del equipo ya que este solo se pone en funcionamiento cuando se copian muchos archivos. El resto de tiempo está trabajando en segundo plano sin consumir recursos.

Sincronización de archivos en la nube

Si utilizamos OneDrive, Google Drive, Dropbox o cualquier otra plataforma de almacenamiento en la nube, nos vamos a encontrar con el mismo problema del apartado anterior, pero, en esta ocasión no porque se estén indexando los archivos, sino porque se están subiendo o descargando en masa. La solución es tan sencilla como esperar a que finalice o, si tenemos prisa, pausar la sincronización y reanudarla posteriormente.

Y si nada funciona

Si tenemos un SSD y suficiente memoria RAM, las soluciones que hemos mostrado más arriba deberían solucionar el problema del PC lento. Pero, sí, aun así, no lo conseguimos, podemos realizar los ajustes que os mostramos a continuación.

• Comprobar si hay nuevas actualizaciones de Windows y descargarlas.
• Si el problema del bajo rendimiento apareció tras instalar la última actualización, debemos desinstalarla ya que puede ser el origen del problema. Para eliminarlas, accedemos a Windows Update > Ver historial de actualizaciones > Desinstalar las actualizaciones.
• Si el problema no es una actualización este puede estar motivado por una aplicación que hemos instalado. Desinstalarla no solucionará el problema, siendo lo recomendable restaurar el equipo al momento inmediatamente anterior a su instalación a través de la función Punto de restauración de Windows, disponible desde el cuadro de búsqueda con el mismo nombre. Este proceso no elimina ningún archivo que tengamos almacenado.
• Desactivar los efectos visuales de Windows y las transparencias. Estás opciones están accesibles desde el cuadro de búsqueda de Windows con la palabra rendimiento.
• Comprobar que aplicaciones se inician con el sistema y desactivar las que no nos interesan. Para hacerlo, accedemos al Administrador de tareas y pulsamos en la pestaña Inicio. Seguidamente, seleccionamos las aplicaciones que no queremos que se ejecuten con Windows y pulsamos el botón Deshabilitar.
• Pasar un antivirus. Windows incluye Microsoft Defender, un antivirus más que capaz para proteger el equipo de cualquier software malicioso y que trabaja en segundo plano en tiempo real. Sin embargo, cabe la posibilidad de que se le haya colado algún virus, por lo que, nunca estás de más analizarlo todo el equipo.

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