No hace mucho que AMD anunció el lanzamiento de su nuevo procesador estrella para portátiles, el Ryzen 7 7840U que promete un buen rendimiento manteniendo un bajo consumo y una gran eficiencia energética, por lo que se presume ideal para portátiles que buscan proporcionar la mejor portabilidad. En el día de hoy, vamos a poner a prueba este procesador en un Acer Swift Edge 16, un portátil de altas prestaciones que busca precisamente entregar un buen rendimiento con una gran portabilidad.
El AMD Ryzen 7 7840U es un procesador de última generación que incorpora 8 núcleos físicos y 16 hilos de proceso a una velocidad máxima de 5,1 GHz, además de incorporar gráficos integrados Radeon 780M, todo ello con un TDP de apenas 28 vatios. Esto permite la construcción de ordenadores portátiles ultra ligeros y con una gran autonomía de batería, y que a pesar de no estar diseñados para juegos pueden ofrecer una enorme resolución de pantalla como es este caso. Pero antes de adelantar acontecimientos, vamos a entrar en materia.
Especificaciones técnicas del Acer Swift Edge 16
Acer Swift Edge 16 | |
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Procesador | AMD Ryzen 7 7840U (8 núcleos, 16 hilos a 5,1 GHz) |
Memoria RAM | 16GB LPDDR5 a 6.400 MHz |
Tarjeta gráfica | Integrada (Radeon 780M) |
Almacenamiento | 512 GB PCIe 4.0 |
Pantalla principal | 16 pulgadas OLED 120 Hz y 0,1 ms Resolución 3200 x 2000 (WQXGA+) |
Pantalla adicional | No |
Teclado y touchpad | Teclado retroiluminado en blanco Touchpad táctil |
Sonido | Altavoces estéreo |
Comunicaciones | Cámara HD WiFi 6E (802.11ax) Bluetooth 5.1 |
Conectividad | 2x USB 3.1 Gen 1 Type-A 2x USB-C (ambos soportan carga) 1x Minijack combo Lector de tarjetas micro SD |
Batería | Polímero de litio (9h de autonomía) |
Alimentación | 65W |
Dimensiones | 357,6 x 245,9 x 12.95 mm |
Peso | 1,23 Kg |
Precio | Desde 1.499€ |
Como hemos mencionado hace un momento, este portátil destaca por equipar uno de los últimos procesadores lanzados al mercado por AMD, un Ryzen 7 7840U de 8 núcleos y 16 hilos que integra gráficos Radeon 780M, demasiado justos para poder usar este portátil para jugar, pero sobrados para manejar la inmensa resolución de la pantalla OLED de este portátil, que es también una de sus características fundamentales. Su pantalla, de 16 pulgadas, porta una resolución de 3.200 x 2.000 píxeles, con 120 Hz de frecuencia de refresco y 0,1 ms de tiempo de respuesta.
Por lo demás, este portátil cuenta con 16 GB de memoria RAM LPDDR5 a 6.400 MHz, un SSD PCIe 4.0 de 512 GB (aunque la versión comercial de este portátil lo tiene de 1 TB de capacidad), teclado retro iluminado de tipo chiclet, WiFi 6E, dos USB-C, dos USB-A, webcam, altavoces estéreo, etc.
Pero lo que más destaca de este portátil es su portabilidad; amén de lo ya mencionado del consumo del procesador que asegura una gran autonomía de batería (9 horas según el fabricante, nada mal teniendo en cuenta su enorme pantalla de 16 pulgadas y su potente hardware a pesar de no contar con gráfica dedicada), es un portátil tremendamente fino (12,95 mm de grosor) y fácil de llevar, pues pesa tan solo 1,23 Kg.
Unboxing y análisis externo
Como es habitual en este fabricante, no encontramos un embalaje exterior lleno de colores o florituras, sino una simple caja de cartón duro y color neutro con el logo del fabricante y una etiqueta en un lateral que nos indica el modelo del portátil que hay en el interior.
Hay que reconocer que Acer es un fabricante bastante comprometido con la sostenibilidad, así que todo el embalaje es de cartón reciclable (y procedente de reciclado), incluyendo las protecciones internas del portátil. Incluso la habitual «bolsa» que cubre el producto es de papel, no de plástico.
Como accesorios, en este equipo no encontramos nada más allá de la fuente de alimentación externa y los habituales panfletos informativos. En este caso, la fuente es de 65 vatios y nos ha venido con un enchufe estadounidense, ya que por desgracia el equipo que nos ha enviado AMD procede de allí. El conector hacia el portátil es USB-C.
Los panfletos no tienen nada fuera de lo habitual…
Así que vamos a pasar a ver el equipo. El ACER Switf Edge 16 tiene un acabado sobrio, casi minimalista de color negro; en la parte superior tan solo tenemos el logo del fabricante en plateado.
La tapa se sostiene sobre dos bisagras no demasiado anchas, y con una pequeñísima inserción de goma en la parte de la pantalla para apoyarla cuando la despleguemos a su máxima apertura.
En esta parte trasera no tenemos nada más allá de estas dos bisagras, las inserciones de goma y una rejilla de salida de aire caliente. No hay conectores por detrás.
Nada tampoco por delante, ni siquiera una hendidura para poder meter mejor los dedos para abrir la «tapa». Eso sí, hemos de decir que las bisagras son bastante endebles en el sentido de que casi no hay que hacer ningún esfuerzo para abrirla.
En el lateral izquierdo de este ACER Switf Edge 16 encontramos dos conectores USB-C 3.2 que sirven tanto para datos como para carga y vídeo, una salida HDMI 2.1 y un USB 3.1 Type-A.
En el lateral derecho encontramos el lector de tarjetas micro SD, el minijack combo de audio, otro USB-A, dos LED indicadores de estado y el cierre de seguridad Kensington habitual.
En la parte inferior destacan las cuatro grandes inserciones de goma para evitar vibraciones, pero también para elevar el portátil unos milímetros de la superficie donde lo tengamos y que pueda «respirar», algo importante ya que como podéis apreciar hay una rejilla bajo la que se encuentran los dos ventiladores de tipo blower encargados de refrigerar los componentes internos de este portátil, y esta es su única entrada de aire.
Abrimos la «tapa» de este Swift Edge 16 de Acer y lo primero que nos llama la atención es su pantalla; como suele pasar (desgraciadamente) con las pantallas OLED, tiene acabado brillante que hace efecto prácticamente de espejo cuando la pantalla está apagada. Tiene los bordes muy finos, de manera que han integrado 16 pulgadas de diagonal con un tamaño no mucho más grande del de los portátiles de 15,6 pulgadas convencionales.
Aquí podéis ver el teclado, de formato completo pero compacto. Por desgracia, el modelo que nos han enviado procede de EEUU y por lo tanto su disposición no es ISO sino ANSI (con tecla ENTER pequeña y sin eñe). El touchpad no tiene nada de particular, no es háptico no nada parecido como hemos visto en otros modelos de portátil, pero hay que decir que tiene un tamaño bastante considerable.
Por supuesto, encontramos las pegatinas de AMD Ryzen y AMD Radeon, ya que como hemos mencionado este Swift Edge 16 está potenciado por hardware de AMD.
En la parte superior de la pantalla tenemos la webcam que, ojo al dato, es 1440p. También ahí tenemos dos micrófonos y el sensor de luz habitual.
Esto es lo máximo que se puede desplegar la pantalla hacia atrás, y efectivamente queda apoyada sobre las dos inserciones de goma que vimos antes.
Visto el equipo por fuera, vamos a encenderlo y comprobar qué tal funciona.
Probando el Acer Swift Edge 16
Lo primero de todo, hemos de decir que el portátil se siente muy pero que muy ligero; ciertamente, 1,23 Kg es muy poco y más tratándose de un equipo con pantalla de 16 pulgadas, pero es que esta sensación se ve acrecentada por lo fino que es. Desde luego, es un equipo idóneo para llevártelo de un sitio a otro con total comodidad.
Desde el momento en el que lo enciendes, el teclado se ilumina en un agradable color blanco que hace que sea bastante más fácil de ver, si bien es cierto que tampoco es que destaque demasiado por su intensidad de iluminación; recordemos que una de las premisas de este portátil es ofrecer una gran autonomía de batería, por lo que tampoco podemos esperar un teclado demasiado luminoso ya que esto incrementaría el uso de ésta.
Como siempre sucede con las pantallas OLED en portátiles y tal y como hemos mencionado antes, el acabado es brillante y esto produce bastante incomodidad a la hora de utilizar el equipo si tienes una fuente de luz detrás, ya que refleja mucho. Si subes el brillo de la pantalla al máximo no se nota en exceso, pero volvemos a lo mismo: más brillo es más consumo de batería.
Lo que sí es cierto es que esta pantalla OLED de altísima resolución (recordemos que es 3.200 x 2000 píxeles) se ve de lujo, muy nítida y con unos detalles de color de los que, a decir verdad, no hacen justicia las imágenes que hemos tomado. Lógico, incluso aunque hubiéramos utilizado una cámara capaz de captar esta intensidad de color, si no tienes un monitor capaz de reproducirlo tampoco verías la diferencia… de verdad, esto de las pantallas OLED hay que verlo en persona para darse cuenta de lo brutal que se ven.
En cuanto a la autonomía de batería de este ACER Swift Edge 16, ya hemos mencionado que el fabricante dice que le dura unas 9 horas, aunque obviamente esto será en unas condiciones óptimas ya que depende mucho del uso que le des al equipo. Utilizándolo para trabajar de una manera normal, sin darle demasiada caña pero con el brillo de la pantalla casi al máximo, a nosotros nos ha durado cerca de 5 horas y media, que no está mal.
Dicho esto, vamos a comenzar a ver qué es lo que nos ofrece este Swift Edge que, como hemos mencionado varias veces, su principal atractivo es ese interesante AMD Ryzen 7 de nueva generación, tan nuevo que ni siquiera aparece correctamente especificado con CPU-Z.
De hecho, ni siquiera está detectando bien la memoria RAM, algo que es bastante habitual cuando viene soldada como parece ser el caso. Se supone que lleva 2×8 GB LPDDR5 a 6.400 MHz y CPU-Z detecta single channel a 800 MHz (imaginad qué mal de ser así).
En cuanto a GPU-Z, nos muestra los detalles de esa Radeon 780M integrada, una gráfica que si bien no está pensada para jugar a los últimos títulos del mercado, debería ser suficiente para poder echar una partida a juegos sencillos de vez en cuando.
Visto el hardware del equipo, comencemos con las pruebas reales.
Ruido y temperatura
Como ya mencionamos en la sección del análisis externo, este Acer Swift Edge 16 cuenta con un sistema de refrigeración consistente en dos ventiladores de tipo blower, un tipo de ventilador habitual en portátiles pero que, en este caso, son bastante más finos de lo habitual. Esto provoca que estén en funcionamiento casi constantemente, e incluso con el equipo en reposo se les escuche.
Cuando le «das caña» al equipo, los ventiladores comienzan a girar más rápido y, a pesar de que tampoco son demasiado ruidosos o rumorosos, sí que se nota que están ahí, especialmente porque el ruido que hacen es como de un silbido relativamente agudo que puede llegar a molestar. Es una de las desventajas de tener un equipo tan fino.
En lo relativo a la temperatura, durante nuestras pruebas tanto procesador como gráfica se han mantenido en el orden de los 45-55 grados en reposo, llegando a los 90ºC con el equipo sometido a máxima carga.
Benchmarks sintéticos
Comenzamos con los benchmarks, y lo hacemos como siempre con CrystalDisk Mark para medir el rendimiento del SSD.
Casi 7.200 MB/s de lectura y cerca de 4.450 MB/s de escritura nos indica que estamos ante un SSD PCIe 4.0 de altas prestaciones, así que no hay nada que objetar. Especial mención al rendimiento con archivos aleatorios de 4K, donde los SSD suelen tener más problemas y este que ha usado Acer en su equipo ha mostrado un desempeño bastante notable.
Vamos a continuar con el rendimiento de la memoria RAM, un aspecto en el que AMD lleva teniendo problemas desde la era Bulldozer y que parecen no haber terminado de solucionar. Para ello, vamos a utilizar Aida64.
Bueno, pues el resultado no está nada mal, especialmente en cuanto a escritura, aunque la latencia es bastante elevada a decir verdad. Comprobemos cómo se comportan memoria y procesador con SuperPi, un benchmark que obligará al procesador a calcular 32 millones de decimales del número Pi y almacenarlos en memoria, por lo que es una prueba que pondrá CPU y RAM al máximo.
Aquí sí que tenemos un pequeño cuello de botella de rendimiento, aunque nada especialmente grave si lo comparamos con otros equipos que también utilizan RAM LPDDR5. Estamos ante un resultado un 10% peor que un portátil equipado con un Intel Core i9 y 32 GB LPDDR5 a 4.800 MHz… debería haber tenido un mejor resultado, pero ya sabéis lo que pasa con la gestión de la RAM en AMD.
Ahora, en una prueba intensiva para el procesador, veamos qué desempeño tiene este Ryzen 7 7840U renderizando una escena en 3D, y para ello no hay nada mejor que Cinebench.
Lógicamente el resultado es relativamente bajo, pero hay que tener en cuenta que el procesador, como hemos mencionado ya varias veces, está pensado para ofrecer un buen rendimiento con un bajo consumo… y teniendo esto en cuenta el rendimiento obtenido en este benchmark no está nada mal.
Vamos a proceder ahora a ver un rendimiento más global del equipo con PCMark 10, con el que mediremos qué tal funciona en tareas cotidianas como navegación por Internet, videoconferencias u Ofimática.
Ahora sí, el resultado es bastante notable… no llega a sobresaliente, pero teniendo en cuenta que se trata de un portátil sin gráfica dedicada sí que lo es en realidad.
Pasamos al apartado gráfico, el cual será a buen seguro el punto débil de este Acer Swift Edge 16 por el hecho de que no cuenta con una gráfica dedicada. Para ello, vamos a utilizar 3DMark con sus tres pruebas de Fire Strike, que corresponderían a resolución 1080p, 1440p y 2160p (4K).
Lo esperado: según este benchmark, podemos esperar obtener menos de 30 FPS jugando a Battlefield V con todos los ajustes gráficos al máximo. Vamos a ver qué sucede cuando sometemos a este portátil a 3DMark Time Spy, que es parecido pero basándose en la API gráfica DirectX 12.
Más de lo mismo, y es que como hemos mencionado varias veces este es un portátil orientado a ofrecer un buen rendimiento y autonomía, pero no es un portátil gaming para juegos. A pesar de ello, sí que hemos querido probar un par de juegos no muy exigentes para ver qué es lo que podemos esperar.
Hay que decir que, con la resolución nativa de la pantalla (3.200 x 2.000 píxeles) en nuestras pruebas ningún juego era «jugable» como tal, porque por ejemplo teníamos 16 FPS en CS:GO. Así pues, hemos tenido que tocar bastante los ajustes gráficos y por ejemplo hemos logrado 60 FPS estables en League of Legends pero reduciendo la resolución a Full HD y ajustando los gráficos en bajo-medio. En CS:GO, los 60 FPS los hemos logrado a 1080p y con los ajustes gráficos en bajo también.
Como ya vaticinamos al principio, es un portátil en el que te puedes echar una partida de vez en cuando si quieres, pero no está pensado para ello.
Conclusión y veredicto
Si hemos sacado una conclusión clara de este análisis, es que para aquellos que busquen un portátil con una gran portabilidad y muy buena autonomía, escoger un modelo con el nuevo Ryzen 7 7840U será todo un acierto, porque entrega un rendimiento notable con un consumo muy contenido, y en combinación con una excelente pantalla OLED de gran resolución como hemos visto en este Acer Swift Edge 16, el resultado es excepcional.
Estamos ante un ordenador portátil muy ligero y fino, fácil de transportar y de utilizar en cualquier parte, y que entrega un rendimiento sobrado para cualquier tarea que quieras encomendarle… excepto juegos, claro.
Teniendo en cuenta lo que hay en el mercado y el precio de este tipo de equipos, realmente los 1.499€ que pide Acer por él nos parecen bastante aceptables, y por este motivo hemos decidido entregarle nuestro galardón de Oro, así como nuestra recomendación por su diseño.
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