Hay un componente en las placas base que ha ido perdiendo importancia con el paso del tiempo y se ha convertido en algo casi testimonial. Estamos hablando del chipset. ¿Tiene sentido su existencia todavía a día de hoy o se trata de una estratagema para vender placas base a precios diferentes?
Uno de los grandes secretos de la industria es que el chipset de la placa base es una pieza en estos momentos casi prescindible, pero que necesitan de su implementación para poder vender las CPU mucho más baratas a través de forzar la compraventa de diferentes modelos de placa base con distintas especificaciones. Sin embargo, llegará el día en que esto dejara de ser sostenible.
El chipset de la placa base es cada vez más pequeño e inútil
A medida que ha ido pasando el tiempo y se han podido hacer chips con transistores más pequeños, buena parte de la circuitería que sobrepoblaba las placas base se ha ido reduciendo. Lo más destacado se dio cuando el controlador de memoria, el llamado Northbridge, fue absorbido por el procesador central y ya en las últimas generaciones ciertas interfaces de alta velocidad, en especial el PCI Express, han sido también absorbidas por la CPU.
A día de hoy el chipset de una placa base no es más que el concentrador de varias interfaces de periféricos de baja velocidad, que de colocarse en el chip principal terminarían por ampliar el área y el coste del chip por la necesidad de colocarlos en la periferia. ¿La solución? Conectar a través de un bus de alta velocidad el chipset y que este se encargue de concentrar toda la conectividad adicional hacia un solo chip.
Claro está, que para entender bien cuál ha sido el nivel de recorte, hemos de tener en cuenta que la gestión de la tarjeta gráfica, la comunicación con la memoria RAM y de paso con la unidad SSD principal se hace a través de las unidades que se encuentran en el procesador central. Es más, el chipset a afectos prácticos no deja de ser una tarjeta de expansión para añadir más puertos, pero en el mismo PCB que la placa base.
¿Sería mejor si fuese una tarjeta de expansión?
No lo decimos por decir, normalmente se suelen asociar una serie de líneas PCI Express o una interfaz de igual velocidad para comunicarse con el chipset. Dichas líneas pueden enrutarse a un conector PCIe x4 y darnos dos opciones diferentes:
- Instalar un segundo SSD M.2 en el PC por si nos hace falta almacenamiento extra de alta velocidad.
- Tener una tarjeta de expansión con puertos para periféricos adicionales.
Sin embargo, la trampa de los chipset actuales no se encuentra en el hecho de otorgar más puertos para periféricos, sino por incluir una serie de componentes extras que van conectados al mismo. Estamos hablando de cosas como tarjetas de sonido integradas o tarjetas de red. Sin embargo, su trabajo no depende del chipset, sino que se encuentran conectadas al chipset y esto se podría solventar conectando a una sola línea PCIe cada uno de ellos. Al fin y al cabo no requieren más ancho de banda para funcionar.
La realidad es que al final nos encontramos con una gran cantidad de puertos en las placas base que no usamos e igualmente pagamos por ello. El hecho de darnos la oportunidad de escoger la capacidad de expansión de nuestro PC sería mucho mejor, aparte de ser una mejor forma de aprovechar mucho mejor las cada vez menos utilizadas ranuras para tarjetas de expansión más allá del uso de la tarjeta gráfica correspondiente.
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