Comprar un ordenador montado suele solucionar muchos de los problemas con los que podemos encontrarnos al hacerlo por piezas, y es que todos los que están prefabricados y que hemos comprado mediante un configurador como el de PcComponentes nos aseguran que nada debería ir mal. Pero también tenemos la opción de comprar un PC por piezas y montarlo nosotros mismos, aunque puede que algún componente venga con un defecto de fábrica, como por ejemplo, que haya problemas con los pines de la placa base.
Uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos al comprar un componente de ordenador son los defectos de fábrica, algo que en un principio no debería suceder por el control de calidad que suelen pasar este tipo de componentes, pero que no nos libra al 100% de que suceda.
Esto es lo que sucede si una placa base no tiene todos los pines del socket
Como bien sabemos los componentes de PC pueden tener diversos fallos que causan que no funcione como debería, y es algo que nos puede parecer extraño ya que obviamente un ordenador nuevo no debería funcionar mal, por lo menos al principio. En este caso, os vamos a hablar de los problemas que puede presentar un ordenador al no tener todos los pines del socket, y es que aunque no lo parezca, podemos incorporar un procesador a un socket que no tenga todos los pines, y funciona, aunque obviamente no como debería.
En los sockets de última generación basados en el formato LGA (Land Grid Array), encontramos los pines situados en la placa base en lugar de en el procesador, algo que nos permite reducir los problemas a la hora de incorporar un procesador por motivos obvios. Estos pines son extremadamente delicados como podemos esperar, y un golpe o roce puede terminar rompiéndolos o doblándolos, pero también existe la posibilidad de que vengan con un defecto de fábrica y que directamente no incluya algunos de los que debería tener.
El rendimiento del ordenador se ve reducido en gran medida
Si queréis conocer qué es lo que sucede cuando uno de estos pines no está donde debería, no hace falta que busquéis más y es que os vamos a contar de primera mano cómo es la experiencia práctica de poner en marca un ordenador de este tipo, ya que muchas veces la curiosidad es lo que nos lleva a hacer pruebas que no nos plantearíamos en un principio. Desde un principio cuando montamos el ordenador podemos ver que las cosas no van como deberían, y es que si nos ponemos a instalar por ejemplo un sistema operativo notaremos cómo va extremadamente lento, lo que es normal.
Esto implica que el proceso de instalación se puede alargar mucho, y es que algo que de normal no debería tardar más de veinte minutos o media hora en un ordenador con componentes de última generación, puede llegar a tardar más de dos horas, incluyendo todas las configuraciones posteriores. Una vez termina la instalación y accedemos al sistema operativo podemos ver que realmente va extremadamente mal, obviamente las aplicaciones tardan en cargar y el propio sistema tarda bastante en arrancar, pero aun así sigue funcionando sin problemas, no hay reinicios, pantallas azules ni ningún tipo de problema mas allá del rendimiento.
Una de las cosas que más nos puede llamar la atención, es que un SO como Windows detecta desde un principio que algo no va bien (un núcleo falla o el procesador no hace contacto del todo), y lo que hace es limitar mucho la potencia del procesador, en este caso redujo los GHz a la mitad, limitando el uso de la CPU a un 57% máximo, en la siguiente imagen podéis ver un Stress test de prime95, en el que se puede ver claramente cómo la memoria está trabajando al máximo pero la CPU se mantiene sobre este valor.
Aun así hay formas en las que podemos quitar esta limitación, modificando un valor que encontramos en el registro, específicamente en HKEY_LOCAL_MACHINESYSTEMCurrentControlSetServicesamdppm o intelppm dependiendo de la marca. En el parámetro Start que aparece a la derecha podemos cambiar el número 3 por 4 para hacer que Windows utilice, lo que nos permite hacer que la CPU funcione con la máxima potencia posible, pero manteniendo la velocidad del reloj base del procesador.
Esto nos permite hacer que la CPU funcione a la máxima potencia posible, pero aun así se mantendrá con la velocidad base del reloj que está configurada, si tratamos de aplicar un perfil de overclock o similar, como podemos imaginar, no funcionará, y aunque en los programas de monitorización nos aparecerá como que tiene una velocidad del reloj mucho más alto, se mantendrá en la frecuencia base, en este caso 4,2 GHz.
Si probamos a hacer diversos benchmarks, veremos que la puntuación que nos ofrece está muy por debajo de lo habitual, de hecho podemos ver que la comparación de una CPU realmente actual como es el caso del Ryzen 7 7800x3D no es capaz de superar el de un Intel Core 2 duo E8500.
En general si tratamos de comprobar el resto de componentes y demás nos enseñará que todo está perfectamente, funcionando tal y como debería, incluso el propio procesador nos mostrará que tiene la velocidad adecuada como hemos visto anteriormente, pero obviamente no funciona tal y como debería.
Al final, un par de pines pueden marcar la diferencia, así que si teníais dudas sobre si un PC puede funcionar incluso cuando no están todos los pines de la placa base la respuesta es sí, puede hacerlo, aunque tendrá un rendimiento similar al de un ordenador de hace más de 16 años.
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