La mejor forma de evitar que nuestro PC deje de funcionar ante un corte de luz o subida de tensión que no pueda similar la fuente de alimentación y, de paso, evitar que los componentes de nuestro PC dejen de funcionar para siempre pasa por utilizar SAI, un dispositivo que se encarga de mantener encendido nuestro PC el tiempo suficiente como para poder apagarlo con normalidad.
A pesar de que en los últimos años han bajado muchísimo de precio en comparación con hace una década, todavía son muchos los usuarios que siguen sin confiar en este dispositivo para el día a día, ya sea mientras trabajan o disfrutan de sus juegos favoritos.
Si todavía no tiene uno porque estás esperando a que llegue al mercado una fuente de alimentación que, además, incluya funciones de SAI, puedes esperar sentado ya que ese momento no llegará nunca, al menos utilizando la tecnología disponible en la actualidad. ¿Por qué? Varios son los motivos por lo que no existen fuentes de alimentación con SAI integrado.
¿PC con SAI integrado?
Si alguna vez has tenido la oportunidad de ver un SAI en persona, lo que más te habrá llamado la atención es tu tamaño. Este dispositivo varía de tamaño dependiendo de cuál sea la capacidad de la batería en base a la potencia que es capaz de ofrecer cuando se produce un corte de luz.
En todos los casos, se trata un dispositivo mucho más grande que cualquier fuente de alimentación, por lo que, a no ser que la tecnología evolucione lo suficiente como para reducir a la mínima expresión el tamaño y capacidad de las baterías, es muy poco probable que veamos un dispositivo de este tipo en un futuro cercano.
Lo que, si tiene más sentido, puestos a hipotetizar, sería una fuente de alimentación externa con funciones de SAI, sin embargo, al final acabarían ocupando el mismo o incluso más espacio, por lo que sigue sin tener sentido ni práctico ni funcional.
Otro de los motivos por el que no existen fuentes de alimentación con función SAI integrado es por el peligro que supone exponer una batería al calor que genera cualquier fuente de alimentación. Recordemos que el calor es el enemigo público número uno de las baterías ya que aceleran su desgaste reduciendo su capacidad de almacenamiento.
La mayoría de las fuentes de alimentación incluyen un sistema de refrigeración activa en forma de ventilador para disipar el calor, debido a las altas temperaturas que se generan en su interior, calor que podría deshacer el plástico de la batería y que el ácido de su interior se esparciera por todos los componentes del PC, dejándolos totalmente inservibles.
Además, no podemos olvidarnos del precio. Un SAI que sea capaz de mantener un ordenador gaming a pleno rendimiento no baja de los 150 euros, precio se tendría que sumar al coste de la fuente de alimentación de gama alta necesaria en estos casos, por lo que, al final acabaríamos pagando unos 300 euros por alimentar al PC.
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