Durante los últimos años hemos visto como la competencia que había entre NVIDIA y AMD ha ido creciendo día a día, ambas compañías ofrecen soluciones de diversas gamas, permitiendo que haya gente que prefiera las de una de las marcas frente a la otra. Pero hace poco se sumó un competidor más, Intel, que ha trabajado por tratar de ofrecer tarjetas gráficas diseñadas para diversos motivos, uno de ellos el gaming, intentando conseguir una parte de la cuota de mercado de las GPU.
Siendo una de las compañías tecnológicas más reconocidas en términos de procesadores, Intel decidió dar un paso más allá hace un tiempo, tratando de entrar en un mercado que prácticamente ya tenía establecidos a dos claros competidores, AMD y NVIDIA. Es por ello que en muchas ocasiones nos podremos haber preguntado si las gráficas que ofrece la compañía creadora de los Intel Core es capaz de competir en términos de videojuegos con las dos marcas principales.
El propósito de las Intel ARC
Como bien hemos indicado, las gráficas ARC buscan ser un competidor directo para los componentes que ofrecen tanto AMD como NVIDIA, es decir, que se trata de tarjetas de vídeo orientadas para jugar. Esto implica que de primeras, su rendimiento general en videojuegos debería ser bueno, aunque tiene varios fallos que podemos denominar como problemáticos ya que de primeras pueden causar que una persona no quiera optar por estas GPU.
El principal fallo que tienen es el hecho de que se trata de las primeras gráficas que desarrolla la compañía, por lo que se nota la falta de experiencia que tienen en este campo, sobre todo en términos de software más que de hardware. Y es que los drivers que incorporan estos componentes no son malos, pero tampoco son los mejores, haciendo que en ciertos casos la optimización en juegos más antiguos o que directamente utilicen una API que no sea DirectX 12 resulte bastante peor que la de sus competidores.
En este caso este podría denominarse como uno de los pocos problemas que puede aportar tener una GPU de Intel, ya que se nota el esmero que ha puesto la compañía por intentar crear un producto que merezca la pena comprar. Pero al final, las ARC 700 son una serie de tarjetas de vídeo que salieron al mercado para competir con las series 30 de NVIDIA y las RX 6000 de AMD, por lo que el rendimiento que ofrecen es inferior al de las series 40 y las RX 7000.
ARC 700 VS RTX 3060 y RX 6650 XT
Para saber si estas tarjetas gráficas merecen la pena, está claro que debemos compararlas cara a cara contra las que deberían competir, en este caso, tanto la ARC 770 como la ARC 750 son gráficas que competirían frente a la RTX 3060 y la RX 6650 XT. Es por ello que podemos decir que se trata de tarjetas de vídeo de gama media, algo que podemos esperar de su precio, ya que en el caso del modelo 770 su precio rondaría los 320-360€, mientras que el 750 tendría un precio que no supera los 300€.
En términos generales las dos gráficas de Intel son capaces de ofrecer un rendimiento superior o similar al de la RTX 3060 tanto a 1080p como a 1440p, ya que la ARC 770 es capaz de ofrecer una velocidad superior que se encuentra entre un 4-11% con los ajustes gráficos en alto. Esto implica que es prácticamente igual de potente que las RX 6650 XT, que también es capaz de superar a la solución de gama media de NVIDIA.
Por otra parte, la 750 ofrece un rendimiento similar al de la RTX 3060, por lo que se puede decir que realmente se trata de competidores reales que pueden hacer frente a las gráficas de NVIDIA y AMD. Aunque actualmente existe un problema, y es que al final las dos marcas principales en la competición por el mercado de las GPU ya tienen versiones muy superiores a las mencionadas, por lo que optar por las Intel ARC únicamente sería necesario si tenemos un presupuesto muy limitado y queremos tener algo distinto a lo convencional.
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