Los Intel Core 13 tienen graves problemas con Windows 11

Cuando adquirimos un ordenador, hay un proceso de investigación previo para saber cómo rinden los componentes que montaremos. Además, es interesante investigar posibles problemas o fallos que pueda tener. Han descubierto que los procesadores Intel Core de 13a Generación tienen un grave problema con el sistema operativo Windows 11.

Tienes que saber dos cosas importantes al respecto. La primera es que Intel utiliza un diseño de núcleos hibrido o heterogéneo. Se basan estos procesadores en núcleos de potencia (P-Cores) y núcleos de eficiencia (E-Cores). Para tareas livianas como navegar, multimedia y similar, actúan los E-Cores. Cuando ejecutamos un juego, Photoshop u otro software que demanda potencia, entran los P-Cores.

Dicho sistema de núcleos hibrido no funcionaba muy bien en Windows 10, así que Microsoft tuvo que desarrollar Windows 11. Algo que aprovecho para imponer ciertas medidas debido a su posición de poder en la industria.

Microsoft no puede con los procesadores de Intel

El canal de YouTube, Tech YES City ha analizado el rendimiento de varios procesadores bajo Windows 11. Concretamente, han utilizado el Core i9-10850K de diseño de núcleos monolítico y el Core i9-13900K, de tipo heterogéneo.

Hablamos básicamente de procesadores de diseño antiguo y moderno. Lo que han llevado al extremo, vamos, que les han dado bastante caña. Su objetivo era ver como se comportaban estos dos procesadores con el último sistema operativo de Microsoft.

Debemos destacar en este punto que los Intel Core 13a Gen utilizan Systeam Agent (uncore). Explicado de manera sencilla, son funciones complementarias necesarias para el correcto funcionamiento del procesador. Dicho elemento debe estar lo más cercano al núcleo para reducir la latencia. Sus principales funciones son la interacción de cacé de último nivel y la administración de la coherencia de caché.

Parece que el diseño de los nuevos núcleos de los procesadores genera problemas en este sentido. Este elemento ahora debe gestionar el acceso desde dos tipos de núcleos a la caché, genera latencia. 

Según los datos, el Core i9-10850K genera una latencia de 167.6 ns y el Core i9-13900K tiene una latencia de 302.6 ns. Destacar que 1 nanosegundo (ns) equivale a 1 billonésima de segundo.

¿Cómo me afecta esto?

La realidad es que esto no tiene impacto para el usuario medio, no vas a notarlo en los juegos. Estamos hablando de condiciones muy concretas y para aplicaciones muy concretas. Sería necesaria una elevada carga de computación en el procesador para notarlo y su impacto sería mínimo.

Quien puede notarlo son usuarios que mueven grandes cantidades de archivos de una manera regular. Si detectas algún tipo de parpadeo superior a lo previsible, el problema tendría su origen en el uncore.

Debemos destacar que, aunque esto se haya detectado bajo Windows 11, realmente el sistema operativo no tiene mucho que ver. Aquí el problema real está en el diseño de los procesadores de Intel. No es lo mismo tener que gestionar un diseño único de núcleos a un diseño hibrido.

Lo cierto es que Microsoft no puede hacer nada para solucionar el problema e Intel tiene poco que hacer. No volverán a un diseño monolítico y mejorar los tiempos de acceso, para reducir la latencia, no es sencillo.

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