Tras la llegada del audio sin pérdida o 'lossless' a las plataformas de streaming toca preguntarse: ¿realmente somos capaz de percibir esa ausencia de compresión en la música? Pues te contamos cómo saber si puedes apreciar esa supuesta calidad: realiza el test y sabrás si tus oídos, y también tu equipo, son compatibles con el audio sin pérdida.
La mayor parte de la música que se transmite a través de las plataformas de música se ha comprimido previamente para así ahorrar espacio, no ocupar tanto ancho de banda y, algo importante, también se comprime para que no consuman excesivos datos de la tarifa si iniciamos Spotify, YouTube Music y demás desde el smartphone. Con esa compresión el audio pierde calidad; por más que no todos los oídos sean capaces de apreciar la diferencia. ¿Que quieres abonarte a una plataforma que ofrezca música en calidad 'lossless'? Haz una prueba de oído antes, no sea que te suscribas sin que te merezca la pena.
Es muy difícil distinguir entre alta calidad de audio y sonido sin pérdida
La compresión de los archivos de audio afecta a su calidad y también al tamaño resultante. El procesado al que se someten dichos archivos sacrifica parte de su información reduciendo las frecuencias 'inaudibles' por el oído humano, la tasa de muestreo y también el bitrate. Plataformas como Spotify brindan su contenido a máxima calidad con un bitrate de 320 Kbps y hasta 24 bits de profundidad; la música que ofrece un CD posee un bitrate de 1.411 Kbps a 16 bits; el audio sin pérdida o lossless, procedente del máster original, puede superar los 2.000 Kbps a 24 bits.
No existe un estándar que certifique qué es o no sonido sin pérdidas, sí hemos de tener en cuenta que dicho sonido es el que (teóricamente) permanece inalterable durante el proceso que va desde la mesa de mezclas al dispositivo de reproducción. Apple Music tiene planeada la distribución lossless a partir de junio; Spotify también se plantea ofrecer esta opción a usuarios Premium; plataformas como Tidal o Qobuz ya lo ofrecen y Amazon Music estrenó la posibilidad el 17 de mayo, justo cuando Apple anunció lo propio.
Hay que tener en cuenta que, por mucho que los archivos de audio se descarguen sin haber sido comprimidos previamente (o lo mínimo posible) estos necesitan dispositivos capaces de reproducirlos con todos sus matices. Hace falta un móvil que disponga de un sonido de calidad, el conversor de audio digital a analógico (DAC) debe soportar el procesado, resulta imprescindible utilizar un cable (el Bluetooth comprime la información con la pertinente pérdida de calidad, incluso si se usan códecs como el LDAC) y, no menos importante, también los auriculares deben soportar la reproducción en alta fidelidad. En definitiva: no todo es cuestión de oído. Y la inversión es notoria.
Para que te salga a cuenta pagar una suscripción con sonido sin pérdida debes tener un buen equipo, es imprescindible. Después, también tus oídos deben ser capaces de percibir todas las frecuencias que se pierden con la compresión. Esto depende en gran medida de la edad: conforme te haces mayor vas perdiendo capacidades auditivas.
Una vez puestos todos los conceptos sobre la mesa toca pasar a la parte práctica: ¿cómo saber si eres capaz de percibir todos los matices que ofrece el audio a baja o nula compresión? Para ello utilizaremos la página ABX High Fidelity Test. Una vez la cargues desde el dispositivo que utilizas para escuchar música (recuerda los requerimientos de hardware) la web reproducirá las canciones con distinta compresión; y tú tendrás que discernir cuál es la que ofrece mayor calidad de audio. ¿Que no eres capaz de distinguirla? Mejor no te suscribas a un plan con sonido HiFi.
La diferencia existe, pero no siempre vale la pena pagar más
El test de ABX está pensado para averiguar si el oído percibe verdaderas diferencias entre archivos con diferente compresión y calidad. A través de las distintas preguntas resulta posible poner a prueba la audición; siempre teniendo en cuenta que debe utilizarse un equipo apropiado: reproductor compatible, DAC, cable y auriculares HiFi. Si lo haces seguramente te choques contra la realidad, igual que nos ha pasado a nosotros: las distintas calidades, al menos cuando suben de un cierto bitrate (entre 192 y 320 Kbps), son indistinguibles.
Apostar por el audio sin pérdida, o con el mayor Bitrate posible, aporta mayor calidad, eso resulta indiscutible, pero no por ello una mejor experiencia auditiva. Dado que la audición es relativa a cada persona, habrá quien aprecie realmente la calidad y quien sea incapaz de hacerlo (incluso quien crea que puede apreciarla). Al fin y al cabo, escuchar música es algo muy personal.
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La noticia Cómo saber si puedes distinguir entre audio ‘sin pérdida’ y audio comprimido fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Iván Linares .
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